DE SEGUNDO LANGOSTAS
Cada día el reto de millones de africanos es conseguir un
mínimo de comida para sobrevivir. La base de la alimentación en muchos países
de África es la mandioca. Por las sendas forestales de tierra roja se ven
caminando las mujeres, normalmente con un niño en la espalda, un bulto sobre la
cabeza y un machete en la mano, van y vienen en busca de ese alimento que
después tendrán que machacar en un gran mortero con un largo y grueso palo, esa
acción es una típica estampa africana que en algunos poblados está
desapareciendo al disponer de pequeños molinos que, por una porción de la
molienda o unos céntimos, en pocos minutos ahorran un trabajo pesado y prolongado.
Pero en ese continente hay un tremendo problema que no es
fácil de solventar: la gran carencia de proteínas. Un recurso son los insectos,
entre ellos, los grillos, las langostas y los gorgojos de las palmeras son una
fuente de calorías, proteínas, hierro y vitaminas. La primera vez que un
occidental ve un plato de condimentados no deja de impresionarle al no estar
acostumbrados a esos “manjares”. No deja
de ser una costumbre gastronómica desarrollada por la necesidad y que se da
también en otros lugares como en China y América del Sur.
En algunas zonas del Congo se pueden ver niñas pequeñas cavando en la
arena para coger insectos. En los troncos podridos de palmera es donde se encuentran
los gorgojos que después fritos son un complemento dietético que puede ayudar a
evitar algunas enfermedades carenciales. Estas se dan frecuentemente en los niños
por la malnutrición. En el Congo GIRAFRA colabora en un programa de atención
sanitaria a niños con tremendas
deformidades de las extremidades inferiores por raquitismo. Esta patología
no se da en los países desarrollados donde por contraste un grave problema
sanitario de primer orden es la obesidad mórbida por exceso alimentario. Unos
tanto y otros tan poco…