Por tercer año consecutivo hemos vuelto a operar en Bagandou, en la
República Centroafricana. Al equipo médico habitual, el cirujano Leoncio Bento
y el anestesiólogo Antonio Villalonga, se añadió el cooperante Alejandro
Santana un técnico canario, experto en mantenimiento que unos meses ayudará al buen funcionamiento de aparatos e instalaciones del hospital. Aportamos todo el material necesario para las intervenciones y también donamos
un microscopio y un ecógrafo que prestarán un gran servicio a los enfermos.
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Romeu el técnico de laboratorio apreció mucho el microscopio |
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El Dr. Prince deseaba poder disponer de un ecógrafo. |
Operamos 33 pacientes, principalmente de hernias abdominales, en total 37
intervenciones pues 4 tenían dos hernias. Prince, el médico
del hospital, participó en todas las operaciones y fue el cirujano principal en las más
sencillas. A Prince y a Ferdinand y
Thibaud, los técnicos sanitarios del área quirúrgica, les enseñamos a hacer anestesia
raquídea, esto ha supuesto un gran adelanto pues antes todas las
intervenciones, incluidas las cesáreas, las hacían con anestesia local y
ketamina que es de menos calidad que la “raqui”; al final dominaban las rutinas necesarias en este tipo de anestesia.
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El Dr. Prince realiza la punción raquídea mientras Ferdinand aprende atentamente. |
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Lucia en primer plano. El Dr. Prince finaliza una intervención ayudado por el Dr. Bento |
Una tarde visitamos a los pigmeos en su campamento a media hora
de camino del pueblo. Leoncio les llevó un saco de arroz de 25 kg, otro de
sal, dos cajas de galletas y caramelos y como habíamos operado a varios
estaban felices y agradecidos y nos recibieron con danzas tribales al son de
los tam-tam.
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Los pigmeos danzando al ritmo del tam-tam. |
Una mañana de domingo acompañamos al misionero polaco Kristof al recorrido por las capillas y escuelas de pequeños poblados en la selva, a los que se llega por una estrecha pista forestal, que casi solo la transitan ellos, y por lo general con la camioneta cargada de lugareños que
aprovechan el viaje. En uno de esos poblados había una mujer muy grave, con fiebre, deshidratada y chocada, la subimos en la Toyota y la llevamos al
hospital y gracias a esto se salvo. Comentó que era frecuente en esos desplazamientos tener que coger enfermos
graves y trasladarlos al hospital.
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Alejandro y Kasia, una cooperante polaca, cuidaron de la enferma todo el viaje. |
En Bagandou nos sentimos como en casa por la gran
amabilidad de las hermanas y los misioneros y del personal del hospital,
comenzando por las hermanas Donata y Lucía; y como entre las tres veces
que hemos ido hemos operado más de 100 pacientes todo el pueblo nos conoce y se
alegran y nos agradecen que estemos con ellos.