martes, 3 de diciembre de 2024

HACIA LA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA Y LA PROMOCIÓN DEL LIDERAZGO DE LAS MUJERES A LAS ZONAS RURALES DE KIMWENZA Y KAKULABASHIKE

La República Democrática del Congo (RDC) pese a su riqueza en recursos naturales, tiene problemas graves de desnutrición. La inseguridad alimentaria afecta a millones de personas, especialmente en áreas rurales y zonas de conflictos. Con este proyecto llevado a cabo por GIRAFRA, conjuntamente con la Fundación Montblanc y con la financiación de la Generalidad de Cataluña, se ha conseguido que las campesinas participantes hayan incrementado la cantidad y variación de su producción agrícola y que sus familias y las comunidades de su entorno dispongan de más alimentos. Las familias del proyecto han contado con más diversidad de productos agrícolas como cereales, vegetales, frutas y legumbres, que ha enriquecido su dieta, factor primordial para reducir la malnutrición. Uno de los grandes problemas en la RDC es la monotonía de la dieta, que se basa principalmente en la yuca o mandioca, con este proyecto se ha introducido el cultivo de hasta más de veinte productos agrícolas como berenjenas, tomates, pimientos, cebollas, coles, patatas, etc. Así, las familias acceden a una variedad de alimentos que aportan una gama de nutrientes esenciales, vitaminas y minerales que son clave para combatir la malnutrición y prevenir enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer así como la anemia, la deficiencia de vitamina A y trastornos del sistema inmunológico, que son comunes a la RDC. Con el proyecto se ha conseguido cuadriplicar la producción y triplicar los ingresos, de forma que las ganancias adicionales al vender sus excedentes en los mercados locales, permite a las familias acceder a otros productos y servicios esenciales, a alimentos más variados, atención médica, educación y cubrir otras necesidades básicas. También se dinamizan las economías locales, lo que mejora el bienestar general de la comunidad, y reduce los niveles de pobreza y la prevalencia de malnutrición. Para que este aumento sea sostenible y efectivo, debe ir acompañado de políticas que promuevan el acceso equitativo a los alimentos, mejoras en las infraestructuras, empoderamiento económico de las mujeres y la estabilización de las áreas afectadas por conflictos. En la RDC, las mujeres campesinas tienen un papel esencial en la mejora de la dieta alimentaria y en la formación de hábitos saludables. Estas mujeres, protagonistas del proyecto, son las principales responsables de cultivar, seleccionar y preparar alimentos, impulsando prácticas agrícolas sostenibles y el uso de cultivos ricos en nutrientes. A través de su trabajo, no sólo aseguran el acceso a una alimentación variada y equilibrada, sino que también transmiten conocimientos sobre la nutrición y los buenos hábitos alimenticios a los suyos y en su entorno, promoviendo una mejora en la salud general y el bienestar de sus comunidades.