jueves, 16 de diciembre de 2021

 OPERACIONES EN BAGANDOU, EN LA SELVA DE LOS PIGMEOS, EN LA REPUBLICA CENTROAFRICANA

Desde mediados de junio hasta los primeros días de julio, el cirujano pediátrico Dr. Leoncio Bento y el anestesiólogo Dr. Antoni Villalonga,  estuvimos operando en el hospital de Bagandou, pequeña población al sur de la República Centroafricana, en la selva donde habitan pigmeos cercana a la República del Congo. Para ir a Bagandou hay una pista de tierra, que en época de lluvias frecuentemente queda inservible por caídas de árboles y la erosión. Hay que atravesar el rio Lobaye, de una anchura de unos 200 metros, con un trasbordador tirado por pilas de hombres.  El hospital, la parroquia del pueblo y otras instalaciones habían sido construidos gracias a sacerdotes polacos de Donum Fidei. Al cargo del hospital estaban las hermanas combonianas enfermeras Donata y Lucia que habían solicitado nuestra colaboración.

Con la hermana Lucia a orillas del rio Lobaye camino de Bagandou.

Gracias a la generosidad de Leo, que compró material quirúrgico para dotar tres cajas quirúrgicas, pudimos operar cada día desde las 8 de la mañana a las 6 o 7 de la tarde, con solo una pausa de una hora para comer. En total a 39 pacientes les realizamos 47 intervenciones, principalmente hernias, algunas tenían hasta veinte años de evolución y eran de gran tamaño.  A pesar de que fueron unos días de trabajo muy intenso, todo el personal sanitario quedó muy contento y aprendió mucho. Al pueblo no llegaba la corriente eléctrica y funcionábamos con un generador que después de cenar se desconectaba y nos servíamos de linternas. Desde la primera noche nos avisaron que era muy importante iluminar por donde caminábamos, incluso dentro de la casa, por la posibilidad de encontrarse con serpientes, arañas, escorpiones, hormigas de las que muerden u otros peligros insospechados.

Operación en el hospital de Bagandou.

Un festivo fuimos andando a visitar el campamento de los pigmeos, en un descampado ganado a la selva, a una media hora de distancia del pueblo. El Dr Bento les regalo un saco de arroz de 50 kg, otro de sal de 18 kg y muchos caramelos. Todo el poblado estaba muy contento y agradecido por los regalos y por las intervenciones quirúrgicas a algunos de ellos, y nos lo demostraron danzando para nosotros en un corro mientras sonaban unos tambores improvisados con troncos. Después nos llevaron a ver alguno de los grandes árboles a los que se suben para coger los panales de miel, habían tenido la delicadeza de abrir camino en la selva con sus machetes para que pudiéramos pasar cómodos y seguros. Dos de los jefes nos acompañaron de vuelta hasta donde vivíamos, llevaban unas piñas tropicales que nos regalaron, era una muestra de respeto y agradecimiento.

En el poblado pigmeo.

Fueron unos días entrañables y quedamos llenos de admiración y agradecimiento por la gran labor que realizan las hermanas combonianas y los misioneros en esos apartados parajes de la civilización.

miércoles, 25 de agosto de 2021

ATENCIÓN MÉDICA Y DENTISTA EN OLUKO

Durante dos semanas de agosto del 2019 atendimos el dispensario de Oluko, a 8 Km de Arua al noroeste de Uganda, muy cerca de la frontera con la República Democrática del Congo. El dispensario es una iniciativa de la parroquia, pero solo tiene atención de enfermería las 24 h del día, y no de médicos. Era el tercer año consecutivo que íbamos a ese pueblo, junto con los sanitarios ya profesionales y estudiantes de medicina y dentistas y otros universitarios que se dedicaban a construir dormitorios para estudiantes de secundaria, un gran depósito de agua u otras cosas, con lo cual tuvimos un recibimiento apoteósico. El grupo estaba formado por españoles, ugandeses y chinos.

Organizamos las visitas de forma que al llegar los pacientes se les tomaban los datos de filiación, se pesaban, y media la altura, y se median las constantes: temperatura, frecuencia de pulso y tensión arterial. Solo esto ya sirvió para descubrir unos 50 adultos hipertensos que lo desconocían. Después se les visitaba, en caso de sospecha de malaria se les hacía un test rápido, y llevamos un Hemocue para valorar la hemoglobina si se sospechaba anemia y también glucómetros para la glucemia. La visita y el tratamiento eran gratuitos gracias a los fondos conseguidos por el grupo para hacer este proyecto, en total visitamos a 1960 pacientes que quedaron muy contentos y agradecidos. Para los estudiantes fue una experiencia única, pues aprendieron mucha medicina teórica y práctica, al visitar muchos casos interesantísimos.