lunes, 24 de abril de 2023

TERCERA ESTANCIA EN BAGANDOU

Por tercer año consecutivo hemos vuelto a operar en Bagandou, en la República Centroafricana. Al equipo médico habitual, el cirujano Leoncio Bento y el anestesiólogo Antonio Villalonga, se añadió el cooperante Alejandro Santana un técnico canario, experto en mantenimiento que unos meses ayudará al buen funcionamiento de aparatos e instalaciones del hospital. Aportamos todo el material necesario para las intervenciones y también donamos un microscopio y un ecógrafo que prestarán un gran servicio a los enfermos.

Romeu el técnico de laboratorio apreció mucho el microscopio

El Dr. Prince deseaba poder disponer de un ecógrafo.

Operamos 33 pacientes, principalmente de hernias abdominales, en total 37 intervenciones pues 4 tenían dos hernias. Prince, el médico del hospital, participó en todas las operaciones y fue el cirujano principal en las más sencillas. A Prince y a Ferdinand y Thibaud, los técnicos sanitarios del área quirúrgica, les enseñamos a hacer anestesia raquídea, esto ha supuesto un gran adelanto pues antes todas las intervenciones, incluidas las cesáreas, las hacían con anestesia local y ketamina que es de menos calidad que la “raqui”; al final dominaban las rutinas necesarias en este tipo de anestesia. 

El Dr. Prince realiza la punción raquídea mientras Ferdinand aprende atentamente. 
Lucia en primer plano. El Dr. Prince finaliza una intervención ayudado por el Dr. Bento
Una tarde visitamos a los pigmeos en su campamento a media hora de camino del pueblo. Leoncio les llevó un saco de arroz de 25 kg, otro de sal, dos cajas de galletas y caramelos y como habíamos operado a varios estaban felices y agradecidos y nos recibieron con danzas tribales al son de los tam-tam.

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Los pigmeos danzando al ritmo del tam-tam.

Una mañana de domingo acompañamos al misionero polaco Kristof al recorrido por las capillas y escuelas de pequeños poblados en la selva, a los que se llega por una estrecha pista forestal, que casi solo la transitan ellos, y por lo general con la camioneta cargada de lugareños que aprovechan el viaje. En uno de esos poblados había una mujer muy grave, con fiebre, deshidratada y chocada, la subimos en la Toyota y la llevamos al hospital y gracias a esto se salvo. Comentó que era  frecuente en esos desplazamientos tener que coger enfermos graves y trasladarlos al hospital.

Alejandro y Kasia, una cooperante polaca, cuidaron de la enferma todo el viaje.

En Bagandou nos sentimos como en casa por la gran amabilidad de las hermanas y los misioneros y del personal del hospital, comenzando por las hermanas Donata y Lucía; y como entre las tres veces que hemos ido hemos operado más de 100 pacientes todo el pueblo nos conoce y se alegran y nos agradecen que estemos con ellos.