domingo, 13 de julio de 2025
En BAGANDOU del 2 al 12 de junio de 2025
No preveía volver a Bagandou, porque el Dr. Bento se jubiló de cooperante, pero me llamó el Dr. Antonio Huete, que tiene la Fundación Sara Allud, y me pidió si podía ir como anestesiólogo a una misión quirúrgica con él, su hermana Sara y dos cirujanos generales llamados Miguel Lorenzo que son padre e hijo. Cuando llegamos a la República Centroafricana tenía la sensación de volver a casa, pues me encontré con mucha gente buena conocida: con las hermanas combonianas (Donata, Anna, Juliette, Carla, Daniela), el obispo de Mbaiki que es español, con Krzysztof el sacerdote de Bagandou, y Kasia una misionera laica polaca, con el Dr. Prince y los trabajadores del hospital; (Lucía estaba en Roma y su lugar lo ocupaba Josefina, una ecuatoriana encantadora).
El hospital tenía mejoras, las consultas y las habitaciones las había pintado un artista de Bangui con colores cálidos y había dibujado unas palmeras en las paredes que quedaban muy originales y vistosas.
Hicimos 33 intervenciones, entre ellas una cesárea urgente que se resolvió muy bien; también operamos de urgencia de una mujer joven en muy mal estado general, resulto ser un coriocarcinoma, le extirpamos el útero y los ovarios; evolucionó muy bien y estaba muy agradecida porque era consciente del peligro de su extrema gravedad y recibirá quimioterapia. Dejamos mucho material y GIRAFRA regaló videolaringoscopios caseros.
El domingo la Misa, la iglesia estaba a rebosar de gentes de todas las edades, la celebración muy solemne, con procesión inicial, fue una fiesta de color, cánticos acompañados de palmas, movimientos rítmicos y de la alegría de todos. Al acabar la gente se quedaba alrededor de la iglesia saludándose, charlando y los niños jugando. Coincidimos que a pesar de que había durado casi dos horas, nos había parecido corta y eso que toda fue en sango, sin que entendiéramos ni pio. Visitamos a los pigmeos en su campamento y pude comprobar, que el pueblo se ha ido expandiendo hacia donde tenían el campamento inicial y los bantús les han ido desplazando más lejos, ocupando injustamente los lugares que ellos tenían.
En el viaje de vuelta coincidimos con un policía nacional y un guardia civil destinados en misión en la RCA que volvían a España de vacaciones, y también con la cónsul honoraria de España en la RCA y una chica de Vallecas que trabajaba para MSF. En la pista había aparcados dos grandes aviones rusos de carga Ilyushin II-76; en nuestro avión viajaban muchos rusos. Nosotros volvimos muy contentos de la gran hospitalidad recibida por los viejos amigos y de haber hecho nuevos.
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